Repsol
Reimagining the best lubricants for your world
Repsol es una compañía global multienergética de origen español que opera en cerca de 100 países y cuenta con 24 millones de clientes. Actualmente, está presente en toda la cadena de valor de la energía con la ambición de liderar la transición energética y ser cero emisiones netas en 2050.
En los últimos años, su negocio de lubricantes ha crecido a escala mundial gracias a distintas adquisiciones. Este crecimiento ha sido el punto de partida para que Repsol centre su producción en 3 continentes y redefina su portfolio de productos con el fin de simplificarlo y unificarlo globalmente.
Desde Interbrand Madrid, se desarrolló el concepto estratégico “Reimagining the finest lubricants for your world”, que serviría como eje central para el desarrollo de este ambicioso proyecto, desarrollado en torno a 3 áreas de actuación: nueva nomenclatura de gamas, nuevo diseño industrial del envase y diseño de etiquetas de todos los productos.
Naming
La nomenclatura, transversal para todas las gamas, busca apelar directamente al usuario final. Esta fórmula permite generar coherencia entre ellas, pero crear nombres diferenciales por producto, teniendo como resultado final un portfolio customer-centric que rompe con las convenciones de la categoría.
Diseño de envases
En línea con la continua mejora de la eficiencia por parte de Repsol, en los envases debía primar la ergonomía, la facilidad del uso y la sostenibilidad, buscando un equilibrio entre los códigos del sector y la personalidad de la marca.
En los envases, desarrollados por Bluemarlin, las formas del propio logotipo de Repsol y el mundo de competición inspiran las formas del envase, diseñado para ahorrar material en su fabricación, así como para optimizar al máximo el espacio, simplificando la distribución y el almacenaje.
Además, la iconicidad del envase permite jugar con el cambio de color del mismo para adaptarlo según la vertical.
Diseño de etiquetas
Para el rediseño de las etiquetas de los lubricantes, existían tres puntos importantes a tener en cuenta: debían ser muy diferenciales dentro del sector, tenían que integrarse como parte del envase y la disposición de los elementos debían comunicar de forma eficaz la composición y uso del producto. Además, la marca Repsol debía actuar como sello de garantía.
Las formas tridimensionales son la clave de la diferenciación: unas formas a modo de nudos para las 3 gamas principales (vehículo ligero, moto y vehículo pesado), que plasman la innovación detrás del producto y se vinculan a las estelas de los vehículos. La complejidad de estas formas va aumentando a medida que aumenta la calidad del producto.
El diseño final permite a la etiqueta actuar como contenedor de información técnica al mostrarla de manera esquemática y sencilla a través de pictogramas y barras. Asimismo, los colores se adaptan a la composición del producto, buscando así mejorar y simplificar la experiencia del cliente final.
Para el resto de gamas de productos Repsol, se ha optado por un universo visual distintivo que plasma la innovación: se han utilizado composiciones abstractas que combinan diferentes objetos y formas con el fin representar carreteras, olas o entornos industriales, poniendo en valor la tecnología detrás del producto
en todo momento.
En definitiva, un diseño global, claro y reconocible que aporta dinamismo al negocio de lubricantes y le da la capacidad de adaptar sus productos a distintos formatos, e incluso, ampliar sus gamas en el futuro.
